Guerrero
Platería
Los habitantes de Taxco siempre han estado ligados al blanco metal de la plata. Los primeros habitantes de esta región, los olmecas, ya trabajaban las minas y los orfebres toltecas, a su paso por estas tierras, dejaron también su herencia. La ciudad chontal de Tlachco tributaba a los aztecas con metales. Desde la época colonial, al fundarse el actual Taxco en 1529, los lugareños combinaron la maestría de los orfebres indígenas con la de los españoles, para realizar orfebrería de plata de tipo religioso y de utilidad práctica. De acuerdo a la historia, en el Siglo XVI ya era famoso el servicio de “fina pasta de plata y oro” con que agasajaba a sus comensales el primer alcalde mayor de Taxco, don Luis de Castilla, en 1542. En el Siglo XVIII, no menos famosas fueron las joyas fabricadas para la iglesia de Santa Prisca, especialmente la Custodia que don José de la Borda mandó hacer en 1758.
En el Siglo XIX los plateros de Taxco continuaron distinguiéndose como grandes artistas, especialmente en la fabricación de piezas de servicio, como platos, jarras, cubiertos, copones y custodias, para uso de las familias prominentes de México y, sobre todo, de la práctica religiosa. Entre estos plateros taxqueños, desde 1850, se distinguieron don Paz Domínguez y sus hijos –quienes le fabricaban servicios y obras en plata a don Porfirio Díaz– y don Melitón Gómez Rogel –quien fabricó varias obras y otra Custodia de la iglesia de Santa Prisca–. Estos mismos plateros, ya en la tercera edad de su vida, fueron quienes en 1915 fabricaron los cuños de las monedas que se troquelaron en la Casa de Moneda de Taxco, por órdenes de Emiliano Zapata, para sostener la Revolución en el sur.
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